Monday, July 13, 2009

Rubi Arana: la voz de Eva recontando el mundo

Por Adriana Herrera
Especial/EL Nuevo Herald, noviembre 9, 2008 - 2D Galería

Rubi Arana, poeta nicaragüense que llegó a Miami en 1974, "como parte de ese éxodo que siempre deja las huellas de los pies de todo tamaño sobre el barro", según Sergio Ramírez, había descubierto desde muy niña, cuando el polio la inmovilizó, que las palabras tienen el poder -y el placer- de los juegos y son capaces de sostener los mundos que se precipitan. Entre los tres y los cuatro años, sujeta a la inmovilidad, forzosamente separada de los otros niños que no sabían cómo jugar con ella, se entretenía “escuchando los sonidos, el ruido de las palabras" que provenían del mundo de los adultos, tan distante. Rescataba frases como "el plato de China es rosado" y las guardaba en la memoria, para llenar con ellas el tiempo infinito de la oscuridad nocturna.

Cuando aprendió a caminar de nuevo y descubrió los signos alfabéticos eligió una columna del patio de su casa en Masaya para garabatear esas frases memorizadas con un lápiz que le transfirió la emoción del signo escrito. Los repasaba. “Un día me vieron y descubrieron toda manchada la columna y tuve que borrar toda mi gran obra literaria". Luego, sentada en las gradas del patio mirando hacia arriba escribía sobre el cielo, los pájaros y las flores sin saber que hacerlo era el inicio de su propia poesía.

En los 60’s, en plena juventud comenzó a ser consciente de la poesía, a creer en "un Dios cósmico" y se liberó de la métrica gracias a los Veinte Poemas de Amor y Una Canción Desesperada. "No es Darío el libertador de América, sino Neruda.” Luego, debió matar al padre literario, para hallar su voz e iniciar "una fundación solitaria”. En el libro que presentó en la feria del libro de Miami, Homenaje a la Tierra, ¬escrito después de otros como Emmanuel, o In Nomine Fillii- hay un juego intertextual con la Residencia en la Tierra, pero el recurso del homenaje no aminora la soberanía de su mundo poético. Mas allá de los rasgos surrealistas o del eco de las tradiciones de la literatura ocultista, es claro el rastro de un camino de creación solitario.

La primera parte del libro contiene un génesis narrado por una voz femenina, Acahualinca, nombre de la tierra y mito del origen, no solo es un cosmos en gestación, sino también el nombre del barrio mas miserable de Managua, espejo de una carencia que trae el peso de siglos:

"En Acahualinca
las casas/son de cartón
los techos de las casas
como los zapatos
de Manacho
se esfuman con la lluvia.
Las casas de Acahualinca
se diluyen
como los zapatos
que conmueven
los zapatos
con pavor al agua
del pobre Manacho".


La enumeración de un cosmos desemboca vertiginosamente en los recodos de la historia. La poesía hila, contra toda mascarada, su intento de restituir la esperanza humana:

"Pudiera ser del alba su luz que llega" (...)
Tendrás el pan
Acahualinca
un cetro
sonoro como címbalo sagrado
y el lento vuelo del bronce".


Si hay un signo común en su palabra es el tejido que entrelaza lo mítico atemporal con la voluntad de forjar un modo de encarar la condición de la historia, la desafiante elección de la poeta que reescribe el mundo, transgrediendo. En Salutación, se dirige a la figura de Eva, madre de los desobedientes:

"Madre Ave
heme aquí tu gracia
tu manzana rodando
en todas partes".


En su Estudio sobre Eva deroga los códigos ancestrales de la veneración y reescribe un génesis desafiante. Mujer Tres es uno de los poemas mas poderosos:
"A imagen y semejanza de la soledad
Eva fue hecha",
escribe y dice, altivamente:
"Eva que desafió al infinito
y recibió lo infinito
la hostia mordida del fruto
la sal invisible en el mar
la soledad de la creación".


Esta Eva que tiene nombre de piedra roja ha decantado durante décadas esa soledad y en ella ha aprendido a escuchar los sonidos del mundo:
"La danza en la caída de las gotas de lluvia
el profundo azul del espacio
la explosión de una estrella de sonido
Todo realmente vive pensando
debajo de las pequeñas flores todo está pensando".


En la tercera parte de su libro, Con Música de Yaraví, hay una "hierogamia", una visión del rito de la cópula como un matrimonio o alianza que involucra el cosmos:
"En tu cuerpo vi la palabra de un árbol
escrita antes en las constelaciones (…)
Bello eres y noche obscura
la boda del mar y el cielo recostada en el horizonte llueve
como sale amor de tus manos a tus pies
la tierra misma rueda
Mi cuerpo es una réplica del cosmos".


De su poesía dice certeramente Sergio Ramírez que sabe "abrirnos la puerta de la intimidad más honda, donde podemos sentarnos a partir y por eso a compartir el misterio en lo hondo de la cueva donde la luz que alumbra es la de la mujer que escribe".

2 comments:

  1. Cuando me movi de Nicaragua a Miami, Florida en 1985, me encontraba casi perdido. No conocia a nadie. Fue la poesia la que me puso en contacto con caras de compatriotas con los mismos intereses. Rubi Arana no solo me ayudo con mi arte, sino que me puso en contacto con los circulos poeticos de Miami. Una gran poeta y promotora cultural, segui su ejemplo para editar libros de poetas del area de Miami. Cubanos, Nicaraguenses, Argentinos, Africano Americanos, Asiatico-Americanos, todos participaban. Voz para los sin voz. Rubi me ha ensenado a apreciar la poesia abstracta, de profundo significado mistico, y a mejorar la mia propia con sus comentarios y ejemplo. Gracias Rubi Arana. Danilo Lopez Roman, Florida y Texas

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